Pequeño núcleo deshabitado con una valiosa iglesia románica del siglo XII (en Villanúa, Alto Aragón), la desidia de los gobiernos de turno, y la complicidad de la familia de César Alierta, hacen de este enclave un ejemplo de patrimonio olvidado y en peligro, símbolo del colonialismo de la casta social y económica aragonesa. El enemigo en casa, y encima dando lecciones. Pura hipocresía.